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En 1887, Gustave Sennelier se estableció como comerciante de color en el Quai Voltaire de París.
Su pasión por la química del color y la investigación enfocada en los pigmentos le llevó al desarrollo de un proceso de fabricación de pintura al óleo distintivo que se ha empleado durante generaciones.
Sennelier reúne sólo los mejores pigmentos naturales e inorgánicos de todo el mundo. Los pigmentos puros se muelen muy lentamente con extremo cuidado para conseguir una consistencia extra fina que se mezcla con aceite de cártamo. La mezcla contiene la máxima concentración de pigmento posible y con ello se consigue el máximo poder de tinte y un acabado satinado y lustroso.
Los óleos obtenidos tienen una textura única mantecosa y una consistencia desarrollada originalmente para el estilo expresivo de los pintores impresionistas que frecuentaban la tienda Sennelier en el siglo XIX.
El trabajo meticuloso de Sennelier, su vasto conocimiento de pigmentos, su talento como colorista, y la colaboración con Cezanne y otros maestros dio lugar a una paleta de colores al óleo que rápidamente se convirtió en el estándar de calidad.
Favorecido por algunos de los más grandes artistas como Monet, Gauguin, Matisse, Picasso, Bonnard, Modigliani, Chagall, Ernst o Hockney, las obras creadas con óleo Sennelier cuelgan en los museos más prestigiosos del mundo.
Hoy en día, la paleta clásica Sennelier se sigue expandiendo con 50 tonos nuevos y originales que abarcan las nuevas tendencias y los gustos contemporáneos. Con la ayuda de la química moderna, estos colores siguen siendo tan suaves y luminosos como siempre pero también ofrecen una textura actualizada con cuerpo más firme para adaptarse a las necesidades de los artistas del siglo XXI.
Su pasión por la química del color y la investigación enfocada en los pigmentos le llevó al desarrollo de un proceso de fabricación de pintura al óleo distintivo que se ha empleado durante generaciones.
Sennelier reúne sólo los mejores pigmentos naturales e inorgánicos de todo el mundo. Los pigmentos puros se muelen muy lentamente con extremo cuidado para conseguir una consistencia extra fina que se mezcla con aceite de cártamo. La mezcla contiene la máxima concentración de pigmento posible y con ello se consigue el máximo poder de tinte y un acabado satinado y lustroso.
Los óleos obtenidos tienen una textura única mantecosa y una consistencia desarrollada originalmente para el estilo expresivo de los pintores impresionistas que frecuentaban la tienda Sennelier en el siglo XIX.
El trabajo meticuloso de Sennelier, su vasto conocimiento de pigmentos, su talento como colorista, y la colaboración con Cezanne y otros maestros dio lugar a una paleta de colores al óleo que rápidamente se convirtió en el estándar de calidad.
Favorecido por algunos de los más grandes artistas como Monet, Gauguin, Matisse, Picasso, Bonnard, Modigliani, Chagall, Ernst o Hockney, las obras creadas con óleo Sennelier cuelgan en los museos más prestigiosos del mundo.
Hoy en día, la paleta clásica Sennelier se sigue expandiendo con 50 tonos nuevos y originales que abarcan las nuevas tendencias y los gustos contemporáneos. Con la ayuda de la química moderna, estos colores siguen siendo tan suaves y luminosos como siempre pero también ofrecen una textura actualizada con cuerpo más firme para adaptarse a las necesidades de los artistas del siglo XXI.
Sennelier: óleo extrafino: 40 ml
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Los precios mostrados son exclusivos para la venta on-line.
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